Langer ataca de nuevo en Perú y viene con un Kaláshnikov cargado a tope y no con balas de goma. Sus viñetas son balas recargadas, disparos lanzados contra la sonrisa irónica del presente, proyectiles capaces de inocular en las dentaduras perfectas, dientes desparejos y caries evidentes. Langer For export II, de Ediciones Contracultura, es una confirmación de que el planeta navega a la deriva entre icebergs afilados mientras sus timoneles hablan por celular y, a la vez, una tabla de salvación lanzada en medio del naufragio, para aferrarse a ella y flotar muriéndose de risa, mientras en la costa más cercana estallan las centrales atómicas después del último tsunami.
99 págs.