"Los anteojos pueden valerte apodos muy crueles en la escuela. Oliver lo sabía, y por eso dilató su visita al doctor tanto como pudo. Sin embargo, el momento llegó, y junto con este, sus gafas y el nuevo mote de cuatrojos. Por fortuna, pudo deshacerse de los matoncitos con bastante facilidad. No fue tan sencillo con aquellas otras cosas, crudas y dolorosas, que le revelarían los anteojos…"
El libro presenta una temática que puede no ser apta para menores de 18 años.
Ilustracion de portada de Rob Gaughran
Formato Libro
135 págs.